viernes, 13 de julio de 2007

Nawal El Moutawakel


Primera mujer en el blog, y primer deportista. Nawal El Moutawakel nació el 15 de abril de 1962 en Casablanca, Marruecos. Empezó a correr tarde, con 15 años y en una pista sucia, pero pronto se vio que su capacidad para el atletismo era superior a la de todos los chicos y chicas de su edad. Por eso paso a estar dirigida por el entrenador francés Jean François, que se convirtió en su mentor. Él fue quien la introdujo a probar en los 400 metros con vallas, una prueba muy poco practicada por las mujeres en ese tiempo.

Pese a que su disciplina era esa, su primera aparición ante el gran público se dio en 1981, a los 19 años, en la prueba de 100 metros llanos. Terminó última en el Mundial de Roma. En 1983, ya en los 400, participó en los Campeonatos del Mundo de Helsinki, en los que llegó hasta las semifinales. Su performance fue considerada un gran éxito en su país. Ese mismo año, incluso, ganó el oro en los Juegos del Mediterráneo celebrados en su ciudad natal.

Sin embargo, el gran éxito, el que la catapultaría para siempre a la elite del deporte mundial llegó en 1984, en los Juegos Olímpicos de Los Angeles, muy recordados por el boicot que le realizaron los países del bloque soviético. La prueba de 400 metros con vallas femenina hacía su aparición por primera vez en el programa olímpico, y las expectativas eran muchas. Pero no por lo que El Moutawakel pudiese hacer, sino por lo que todo el público esperaba de la local y gran favorita, Judi Brown. La marroquí, pese a sus antecedentes y a estar viviendo en Estados Unidos (estudiaba en la Universidad de Iowa) no era favorita.

Pero la sorpresa llegó. El Moutawakel dominó la carrera de principio a fin y ganó el oro. Con un tiempo de 54s61, relegó al segundo escalón del podio a Brown y al tercero a la rumana Christina Cojocaru. Fue la primera presea dorada en la historia de Marruecos y la primera también ganada por una mujer de un país islámico. Dos anécdotas para graficar la magnitud del hecho: 1. La prueba se corrió por la tarde en Los Angeles. En Marruecos eran las 2 de la mañana. Y cuando ella cruzó la meta y luego comenzó a recorrer el estadio enfundada en la bandera de su país, las calles de Casablanca, a esa hora de la noche, se llenaron de gente que salió a festejar. 2. El Rey de Marruecos, Hassan II, declaró que todas las niñas nacidas ese día debían llevar el nombre de la heroína nacional.

El Moutawakel no volvió nunca a acercarse al nivel que la llevó al triunfo, ni siquiera pudo bajar otra vez los 55 segundos. Se retiró muy joven en 1987, a los 24 años, y desde allí se dedicó a fomentar el deporte femenino, especialmente en los países islámicos. Y su objetivo dio resultado: a partir de su tan celebrada gesta, fueron muchas las atletas que comenzaron a emularla y lograron resonantes triunfos, entre ellas la argelina Hassiba Boulmerka (oro en los 1500 m. en Bareclona 1992) y la siria Ghada Shouaa (oro en Heptatlón en Atlanta 1996).

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